
HOY, que la inflación se viene instalando en las librerías, en las carnicerías, hasta en la leña para cocinar un asado (de pollo o de cerdo, obvio)…
HOY que todos apuntan al Gobierno como responsable de las subas que originan los sectores de poder económico más concentrado, en cuantito la gente dispone de dinero para gastar…
HOY… hay que tener cuidado… no vaya a ser que se quiera cuestionar –como a Alfonsín- la gobernabilidad.
El Golpe de mercado en Argentina
fue una especie de Golpe de Estado.
Era la primera vez en mucho tiempo que un gobierno civil y elegido constitucionalmente era sucedido por otro de igual condición. Su requisito era volver al Gobierno para unos pocos. Tal como habían operado las dictaduras: el liberalismo para el bienestar de los más ricos, los de buenos modales, los que representan a la Patria.
Dijo en 1982 Leopoldo Fortunato Galtieri, que las urnas estaban bien guardadas, y fue respondido: "Pues vayan pasándoles el plumero porque las vamos a llenar de votos". Y así fue. En 1983, con la llegada de Alfonsín a la Presidencia recuperábamos la libertad, la república y la democracia.
Pero al “padre de la democracia”, lo removió, no un golpe de Estado –como los de 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976- sino un Golpe de MERCADO.
“O sea, tuvimos ya un golpe en democracia. Fue el que dio el mercado en 1989. ¿Quiénes habrán sido? ¿Qué otros sino los que manejan el mercado? Hubo algo que Alfonsín no les concedió. Seguramente la desnacionalización de
El Golpe de mercado fue producido por los principales grupos económicos que retiran sus depósitos de los bancos, retienen divisas producidas por exportaciones y demoran el pago de impuestos.
Es la presión de los agentes económicos ávidos en producir:
- inflación, mucha, desorbitante (llegó al 5000%)
- pérdida del poder adquisitivo de los salarios
- desabastecimiento
- suba de las tasas de interés
- corridas bancarias
- saqueos a supermercados
- lock aut
En síntesis: ingobernabilidad