Los sectores de poder económico más concentrado, han tenido ganancias record, y justo es que, como el resto de los argentinos, paguen sus impuestos en proporción lógica a sus ganancias.
Cada producto exportado proporciona una utilidad de 3 a 1 dado el precio del dólar.
Esta circunstancia beneficia al País; está destinada a la producción con valor agregado que es la que les da trabajo a los argentinos. La industria paga el equivalente a los reintegros del agro. Pero ese 3 por 1 no está destinado a hacer competitiva a la soja. Esto es así por muchas razones: porque… la soja arruina las tierras fértiles en pocos años, la soja casi no da trabajo. La soja crece sola aunque los campesinos estén de paro. Cuanto más paro haya entre los campesinos la soja sube de precio en el mercado internacional, porque la necesitan para la producción de biocombustibles.
Entonces, todos los productores han tomado la decisión de sembrar soja, con lo cual obtienen ganancias inmensas, mucho mayores que si sembraran trigo, maíz, girasol… Como todos los productores hacen lo mismo, escasean los otros cultivos… al escasear la materia prima, el costo de sus derivados suben (pan, quesos, aceites…) los precios aumentan y cada vez menos gente puede acceder a esos alimentos. Quiere decir que unos pocos se llenan de dinero, mientras otros muchos padecen las necesidades más elementales… ¿Y la clase media? Sufre los aumentos, pero los paga, y le echa la culpa al gobierno.
El gobierno ha aplicado retenciones, para que esté más disponible la materia prima argentina (maíz, girasol, trigo…) y que no suban los precios de los alimentos derivados (aceites, pan…)
Estas retenciones tienen la función de mantener bajos los precios en el mercado interno. En la Argentina hay 3.000.000 de indigentes, es decir, personas que no pueden satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Por eso es tan importante mantener bajos los precios. Precios y calidad de vida van atados: si SUBE el costo de alimentos derivados, baja la calidad de vida. Y al contrario, si BAJA el costo de alimentos derivados, sube la calidad de vida.
Dice María Seoane, en la revista Caras y Caretas última: "la frontera agrícola creció, pero se extendió para la soja, que, como todo el mundo sabe, no se come. Es como estar en el desierto y tener grandes cantidades de diamantes. Los sedientos se morirán igual"
Si analizamos los hechos históricos, podemos evitar caer en los errores del pasado. Esto ya nos pasó muchas MUCHAS veces... La relación histórica CAMPO-PODER es tan añeja como la existencia de nuestro País... ¿Leíste sobre el pacto Roca-Runciman? ¿Te acordás del industrialismo de Frondizi? ¿Y de Illía con su política de incremento de los presupuestos de salud y educación? ¿Y la "revolución argentina" de Onganía? ¿Y la oposición del poder agropecuario al modelo 1º gob.peronista? ¿Y los lockouts patronales contra el gobierno de la Isabelita? Acá consiguieron un ministro de economía salido de la Sociedad Rural... que era Martínez de Hoz… y así nos fue.
En los 90, sin retenciones, los pueblos languidecían, las fábricas quebraban, se compraban pocas máquinas y esas eran sobre todo extranjeras. En la crisis de 2001 el campo pedía el intervencionismo del Estado, para que no rematen sus bienes, ya que, como todos, se habían afectado por la falta de dinero. El Estado, que somos vos, yo y los demás argentinos, los auxilió. El Estado asumió (asumimos) un fuerte compromiso con los productores, pero éstos no admiten la misma responsabilidad social frente a los que menos tienen.
He observado que cada vez que se pretenden tomar medidas para la mejor o más justa distribución de la riqueza, se arma!!! Está visto que esto no puede suceder sin pataleos de la gente que les toca mermar en parte sus cuantiosas riquezas…
Cada producto exportado proporciona una utilidad de 3 a 1 dado el precio del dólar.
Esta circunstancia beneficia al País; está destinada a la producción con valor agregado que es la que les da trabajo a los argentinos. La industria paga el equivalente a los reintegros del agro. Pero ese 3 por 1 no está destinado a hacer competitiva a la soja. Esto es así por muchas razones: porque… la soja arruina las tierras fértiles en pocos años, la soja casi no da trabajo. La soja crece sola aunque los campesinos estén de paro. Cuanto más paro haya entre los campesinos la soja sube de precio en el mercado internacional, porque la necesitan para la producción de biocombustibles.
Entonces, todos los productores han tomado la decisión de sembrar soja, con lo cual obtienen ganancias inmensas, mucho mayores que si sembraran trigo, maíz, girasol… Como todos los productores hacen lo mismo, escasean los otros cultivos… al escasear la materia prima, el costo de sus derivados suben (pan, quesos, aceites…) los precios aumentan y cada vez menos gente puede acceder a esos alimentos. Quiere decir que unos pocos se llenan de dinero, mientras otros muchos padecen las necesidades más elementales… ¿Y la clase media? Sufre los aumentos, pero los paga, y le echa la culpa al gobierno.
El gobierno ha aplicado retenciones, para que esté más disponible la materia prima argentina (maíz, girasol, trigo…) y que no suban los precios de los alimentos derivados (aceites, pan…)
Estas retenciones tienen la función de mantener bajos los precios en el mercado interno. En la Argentina hay 3.000.000 de indigentes, es decir, personas que no pueden satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Por eso es tan importante mantener bajos los precios. Precios y calidad de vida van atados: si SUBE el costo de alimentos derivados, baja la calidad de vida. Y al contrario, si BAJA el costo de alimentos derivados, sube la calidad de vida.
Dice María Seoane, en la revista Caras y Caretas última: "la frontera agrícola creció, pero se extendió para la soja, que, como todo el mundo sabe, no se come. Es como estar en el desierto y tener grandes cantidades de diamantes. Los sedientos se morirán igual"
Si analizamos los hechos históricos, podemos evitar caer en los errores del pasado. Esto ya nos pasó muchas MUCHAS veces... La relación histórica CAMPO-PODER es tan añeja como la existencia de nuestro País... ¿Leíste sobre el pacto Roca-Runciman? ¿Te acordás del industrialismo de Frondizi? ¿Y de Illía con su política de incremento de los presupuestos de salud y educación? ¿Y la "revolución argentina" de Onganía? ¿Y la oposición del poder agropecuario al modelo 1º gob.peronista? ¿Y los lockouts patronales contra el gobierno de la Isabelita? Acá consiguieron un ministro de economía salido de la Sociedad Rural... que era Martínez de Hoz… y así nos fue.
En los 90, sin retenciones, los pueblos languidecían, las fábricas quebraban, se compraban pocas máquinas y esas eran sobre todo extranjeras. En la crisis de 2001 el campo pedía el intervencionismo del Estado, para que no rematen sus bienes, ya que, como todos, se habían afectado por la falta de dinero. El Estado, que somos vos, yo y los demás argentinos, los auxilió. El Estado asumió (asumimos) un fuerte compromiso con los productores, pero éstos no admiten la misma responsabilidad social frente a los que menos tienen.
He observado que cada vez que se pretenden tomar medidas para la mejor o más justa distribución de la riqueza, se arma!!! Está visto que esto no puede suceder sin pataleos de la gente que les toca mermar en parte sus cuantiosas riquezas…
1 comentario:
Acepto los errores de este gobierno: haberle prorrogado la concesión nuevamente a grupos como Clarín por 20 años, haber permitido la fusión de Multicanal y Cable Visión favoreciendo el monopolio comunicacional que ahora nos incomunica... Pero es evidente que hay avances hacia la redistribución de los ingresos. Reconozcamos que se acabó la Patria financiera.
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