El tiempo K impuso miradas, discurso, iniciativa y opciones sobre los modos de CONSTRUIRNOS

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales" . Bertolt Brecht. (1898)

miércoles, 12 de octubre de 2011

12 de octubre: Día del Respeto a la Diversidad Cultural - PUEBLOS ORIGINARIOS: CARTA PÚBLICA A LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER


LA PRESENTE CARTA FUE DIRIGIDA A LA PRESIDENTE DE LA NACION, CRISTINA FERNÁNEZ DE KIRCHNER, el 18 de mayo 2010. ES UN APORTE HACIA EL LOGRO DE UNA ARGENTINA PLURINACIONAL.




Por Asunción Ontiveros Yulquila - rumihuma@yahoo.com.ar - (0388) 4050659 Av. Remdios de Escalada 425, Barrio 25 de Mayo; (4612) PALPALÁ; JUJUY


Lima, Perú, 18 de mayo de 2010.
Doctora
CRISTINA ILIZABET FERNÁNDEZ de Kirchner
Presidente de la Nación Argentina
CASA ROSADA
Balcarce Nº 50
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES


Distinguida presidente:


Me dirijo a usted en relación a los Pueblos Indios y el Bicentenario de la Emancipación de nuestro país: Argentina. Nací en la comunidad kolla Negra Muerta, Humahuaca, Jujuy, en 15 de agosto de 1949, el mismo año en que primer gobierno del general Juan Domingo Perón, expropiara más de un millón trescientas mil hectáreas de tierra, en la Puna, Quebrada y Valles de la provincia de Jujuy (Decreto Nº 18.341). La tierra expropiada tenía que ser devuelta al pueblo kolla, quienes, la mayoría, hasta 1946, eran esclavos de los latifundistas asociados con los ingenios azucareros de Jujuy y de Salta.

En mi provincia prevalecía la economía fisiocrática feudal esclavista hasta el 1º de agosto de 1949, día que se emitió el Decreto 18.341. Fue un hecho revolucionario, sin duda. El arquitecto de la expropiación fue el senador Miguel Ángel Tanco. Este acontecimiento y la reforma de la Carta Constitucional de 1949, motivó que en 1951 se ensaye el primer golpe de Estado, movilizado por la aristocracia terrateniente y el “segundo estado”: el omnipotente clero ligado al pontificado de Roma.

Pasaron 60 años y la sociedad política que hegemoniza el poder de la provincia de Jujuy, desde el 1949 hasta ahora 2010, depositaron el Decreto y las leyes de transferencia de la tierra (de la Nación a la provincia) expropiada en el basurero de los olvidos injustos y aborrecibles. Imagine, usted nació en febrero de 1953: son 57 años que los autodenominados “justicialistas” de Jujuy no cumplen con el pueblo kolla de Jujuy. Con el Jujuy profundo que se proyecta desde antes del 19 de abril de 1593.

Hace unos días leí un texto del psicoanalista Guillermo Greco (“Pagina 12”:15/05/2010) titulado “La inseguridad es un discurso”. En el mismo, Greco sostiene la tesis: A diferencia de los animales, que identifican instintivamente a su alimento, a su pareja sexual y a la amenazas a la supervivencia, los seres humanos nos relacionamos con esas realidades, con los placeres y sufrimientos que nos ocasionan, por la mediación del lenguaje. En el caso de los pueblos indios, el lenguaje, la narrativa que representan nuestro pasado fue construido por los invasores, los colonizadores, los genocidas españoles, también los argentinos “civilizados, cristianos y occidentales”.

El 25 de mayo de 1810, pocos lectores de Buenos Aires conocían el discurso crítico y hasta revolucionario de Bernardo José de Monteagudo (1789 – 1825). Los kollas de Jujuy desconocían el discurso de Monteagudo (mediación del lenguaje) porque la mayoría estaba sujeta bajo un régimen esclavista brutal. En mayo de 1810, Humahuaca era un centro de reducción de indios que pagaban tributos al rey de España por obligación sistemática.

Interesante, la leve narrativa de Monteagudo en su obra Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII en los Campos Eliseos, 1808, construye una conversación entre el Hanan Inka Atawallpa que fuera secuestrado en 16 de noviembre de 1532 y Fernando VII de Borbón, rey de España, que fuera secuestrado por Napoleón Bonaparte en 1808.

Fernando VII expresa a Atawallpa: "El más infame de todos los hombres vivientes, es decir, el ambicioso Napoleón, el usurpador Bonaparte, con engaños me arrancó el dulce regazo de la patria y de mi reino, e imputándome delitos falsos y ficticios, prisionero me condujo al centro de Francia".

El Hanan Inka Atawallpa responde a Fernando VII: "Tus desdichas me lastiman, tanto más cuando por propia experiencia, sé que es inmenso el dolor de quien se ve injustamente privado de su cetro y de su corona".

Atawallpa se dirige a los habitantes del Perú: "[…] despertad ya del penoso letargo en que habéis estado sumergidos. Desaparezca la penosa y funesta noche de la usurpación y amanezca luminoso y claro el día de la libertad. Quebrantad las terribles cadenas de la esclavitud y empezad a disfrutar de los deliciosos encantos de la independencia".

Bernardo José de Monteagudo, reflexiona en el contexto de 1808: "¿Debe seguirse la suerte de España o resistir en América? Las Indias son un dominio personal del rey de España; el rey está impedido de reinar; luego las Indias deben gobernarse a sí mismas".

Un año después, en 1809, en Chuquisaca (Sucre) y en La Paz (Bolivia) Monteagudo proclamaba con el apoyo de los independistas: "Hasta aquí hemos tolerado esta especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria, hemos visto con indiferencia por más de tres siglos inmolada nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que degradándonos de la especie humana no ha perpetuado por salvajes y mirado como esclavos. Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez. Ya es tiempo de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias, adquiridas sin el menor título y conservadas con la mayor injusticia y tiranía". Lo parágrafos citados se encuentran en “Mitos de la historia argentina” de Felipe Pigna (2004).

Actualmente estoy construyendo mi Tesis de maestría “Secuestro y magnicidio del Hanan Inka Atawallpa”. La narrativa de Monteagudo me toca la piel porque en mi país, su país, Argentina, persiste en el lenguaje construido por la cultura hegemónica que ostenta los poderes ejecutivo, legislativo y judicial (Nación y provincias), “un silencio parecido a la estupidez” respecto de los derechos fundamentales de los pueblos indios. El discurso que se construyó y se fijó en la Carta Constitucional de 1994, el en Artículo 75), Inciso 17), del Capítulo cuarto Atribuciones del Congreso, establece que el mismo debe:

"Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones."

El “Hasta aquí hemos tolerado esta especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria” que expresara Bernardo José de Monteagudo en 1809, continúa vigente paradójicamente al 25 de mayo de 2010, para las naciones y/o pueblos indios. Desde 1994 hasta el presente, el Inciso 17 citado nunca fue reglamentado por el Congreso de la Nación. “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas” es una expresión de deseos, sobre todo del ex – senador Eduardo Menem y del entonces asesor para redactar el inciso, José Roberto Dromi, personajes más cercanos al mundo de la delincuencia vende patrias, que políticos preocupados por el bienestar de los pueblos de la Argentina plurinacional.

El paternalismo racista en el contenido del Inciso 17) es evidente y lacerante. Con ese “marco teórico” o legal en que debe supervivir un indio, o un “indígena”, o un “originario”, ¿podrá un indio ser presidente de la Nación? ¿Podrá un “indígena” ser presidente del INAI? Establecer que la posesión y la propiedad de la tierra de los “indígenas” no serán “enajenables, transferibles ni susceptibles de gravámenes o embargos” es condenar a la muerte lenta a los pueblos. En la realidad real, teórica y empíricamente, las tierras que poseen los “indígenas” son en última instancia propiedad del Estado, nacional o provincial.

Además, el Inciso establece que el “indígena” solamente reside en la comunidad, en el campo, en la aldea. Cuando en la realidad existen indios urbanos y ciudades indias, como por ejemplo: la ciudad kolla de Abra Pampa, el barrio qom de Resistencia, la ciudad qom de Formosa. La miserable concepción que el “blanco” o el “civilizado” posee del indio es absurdo: es un estereotipo de la ficción de Hollywood. En 1989, un obispo del Brasil, luego de haber expuesto una conferencia ante obispos con jurisdicciones eclesiásticas en la Cuenca Amazónica, exclama. ¡¡Usted no parece ser un indio. Usted parece ser un abogado!!

Señora Presidente, estamos en el año del Bicentenario de la Nación. En el centenario (1910), la sociedad política y el establishment celebraban, también, la aniquilación genocida de los pueblos indios. El lenguaje del poder hegemónico se prestaba para representar a un indio como un ser indeseable para la sociedad “civilizada, cristiana y occidental”.

Discursos como el del general genocida Julio Argentino Roca, en el Congreso de la Nación, eran “magníficos”: La ola de bárbaros que ha inundado por espacio de siglos las fértiles llanuras ha sido por fin destruida... El éxito más brillante acaba de coronar esta expedición dejando así libres para siempre del dominio del indio, esos vastísimos territorios que se presentan ahora llenos de deslumbradoras promesas al inmigrante y al capital extranjero.

¿Es posible terminar con las relaciones coloniales a que son objeto los pueblos indios? ¿Es posible la emancipación política para elegir libremente quien gobierna y que pueda gobernar un indio? ¿Es posible la Argentina plurinacional y pluricultural? ¿Es posible que los pueblos indios aseguren sus soberanías administrando sus espacios territoriales, económicos y políticos dentro de la Argentina? ¡Claro que sí! Solamente se requiere cambiar de lentes para percibir la realidad diversa de nuestro país, apreciarlo y construir normativas y proyectos con la participación plena de los pueblos y/o naciones indias.

También, se requiere de cambio de actitudes, desde el Jardín de Infantes hasta en la Universidad, desde los hogares hasta los productores culturales. Desde los policías hasta los diputados y senadores, nacionales y provinciales. Escuchar al conductor radial Fernando Bravo que los “los indígenas [son] incivilizados”; o al economista y político Ricardo López Murphy “los piqueteros son los indígenas del siglo XXI”, son indicadores que el cambió del lenguaje respecto de los pueblos indios debe ser parte de políticas públicas y de acciones concretas.

Usted tiene el poder político para que haya un cambio cultural en el lenguaje y en las relaciones entre el Estado y los pueblos indios. Espero que esta carta sirva para modificar ontológicamente la manera percibir la naturaleza y los problema de los pueblos indios. Que nos sirva como ejemplo la capacidad y el valor que tuvo al respecto, hace 200 años, nuestro compatriota Bernardo José Monteagudo.

Sin otro particular, saludo a usted fraternalmente.

(Firmado por Yulquila: 18/04/2010; y enviado a la Casa Rosada)
ASUNCIÓN ONTIVEROS (YULQUILA)
DNI 05264397 M
Domicilio en Jujuy: Remedios Escalada 425
Barrio 25 de Mayo, (4612) PALPALÁ, Jujuy
rumihuma@yahoo.com.ar
yulquila@hotmail.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

“Los pueblos deben estar siempre atentos a la conservación de sus intereses y derechos y no deben fiar más que de sí mismos. El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparte a manos llenas; pero miremos sus consejos con la mayor reserva y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes que se dejaron envolver en cadenas, en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y coloridos abalorios.” Moreno

Ester Lina Lanzi de Panelli dijo...

A propósito de idioma... leía a Julián Zini que nos recuerda: “Primero nos podaron el idioma porque éramos indiada… Después vino la moda y procuraron quitarnos esa traza, esta forma de ser de antigua hombría que tenemos de bota o de alpargata. No nos pidan entonces mucha labia con la lengua arrancada. Primero fue el silencio, luego el grito y, si Dios quiere,  pronto la Palabra…”

paola dijo...

Ester, qué gran aporte la carta. cómo cambiamos el punto y la mirada, lento, pero seguro; tarde tal vez; educados y naturalizados en ciertos paradigmas, hoy debemos abolirlos, como en su momento la esclavitud. y pensar que hay maestras que todavía hablan de Colón y lo dibujan para esta fecha, como un héroe más...
Saludos!

Camila dijo...

Hubiera sido lindo conseguir pasajes para el interior para vivir ese dia en otra ciudad, pero no tenia Vuelos a
Buenos Aires
de regreso para el horario que quería y no podía faltar al trabajo. Espero que el año próximo pueda conseguirlo