El tiempo K impuso miradas, discurso, iniciativa y opciones sobre los modos de CONSTRUIRNOS

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales" . Bertolt Brecht. (1898)

miércoles, 27 de agosto de 2008

Para ver las cosas como son...

Dice Galeano que:


"Para poder ver, hay que limpiarse los ojos de las telarañas que la civilización te va poniendo. En el caso de Latinoamérica, las telarañas vienen del machismo, del militarismo, del racismo... Hay que intentar ver lo que no se ve. Liberarse de los prejuicios que impiden ver las cosas como son".


"El mundo está más o menos sometido a una dictadura del miedo que en la mayoría de los casos se expresa a través de los organismos financieros internacionales, que están en condiciones de ejercer una presión extorsiva sobre gobiernos que tienen intención de cambiar la realidad y que aplican lo que yo llamo la "cultura de la impotencia". Esta es una herencia de los viejos tiempos coloniales, una cultura de la impotencia que le ha costado mucho a América Latina, alimentada por curas fatalistas, militares despóticos, doctores imbéciles que han dicho y repetido una, dos, tres y miles de veces: "la realidad es intocable". Y cada vez que un gobierno, un movimiento popular muestra el "peligro" de que la realidad pueda ser tocada y cambiada, interviene un señor invisible que todo lo puede, que es omnipotente y que se llama "mercado". Mercado ya no es el nombre de aquel lugar "doméstico", de los barrios donde la gente se encuentra con la gente y se compra verdura y fruta. No, mercado hoy es el nombre de una potencia invisible, un nuevo dios que dirige nuestros actos y que prohíbe casi todo. En América latina, en los nuevos gobiernos latinoamericanos, tengo muchos compañeros, mis compañeros de muchos años atrás, que me dicen: Sí, sí, está bien, pero no es posible, no es posible porque el mercado no lo permite, y aquí mi pregunta es: "¿Pero quién ha votado por este señor mercado? ¿Tiene una credencial civil? ¿Tiene documentos? ¿Quién es el mercado? ¿Es un diputado, es un ministro, quién ha elegido al mercado?". Nadie eligió al mercado. Es un secuestro de la voluntad popular por el miedo, el miedo de inquietar al mercado..."
Y ahora nosotros digámonos cómo vemos las cosas...


lunes, 25 de agosto de 2008

No queremos eso ¿no es cierto?

Nuestro equilibrios social es muy frágil en este momento, fruto de tantas pugnas y de tantos modelos encontrados... Nos sobran dedos de la mano para contar los gobiernos democráticos que pudieron culminar su mandato completo... No sé si recuerdan: a Alfonsín le hicieron lo mismo que a nuestra presidenta actual: lo hostigaron, hasta que los intereses del mercado le asestaron el golpe que finalmente lo corrió con antelación a la finalización de su mandato... No queremos eso ¿no es cierto? Si nos hacemos eco de los que dicen que todo está mal, entonces va a estar cada vez más mal... Pero hay cosas buenas que no se dicen... he observado que los medios masivos de comunicación utilizan el poder de formadores de opinión que legítimamente les cabe, para irritar, para ofrecer desmoralización, para ver el lado negativo de las cosas, y no veo una seria mirada crítica, sino siempre mirada negativa, "mete ficha" y tendenciosa...
En nuestro País, las experiencias democráticas de 1945 del Peronismo, las del 1958, del Desarrollismo, las del 1963, del Dr Illia, la del 1973, del 3º Peronismo, y la del 1983, del Alfonsinismo, fueron aprovechadas en forma parcial y no pudieron desarrollar plenamente su proyecto, por las presiones enormes que sufrieron y que tuvieron en común ser violentamente interrumpidas por el poder económico local e internacional a través de golpes de Estado militares o financieros. Sin embargo, mínima fue la oposición en los años '90, cuando el poder político asociado a los negocios, llevaron adelante el desguace de las empresas estatales, de las cuales los ferrocarriles y nuestra línea aérea de bandera, son sólo dos de los ejemplos más dramáticos y palpables.

sábado, 23 de agosto de 2008

Sin oposición responsable...

Dice el refrán que Dios los cría y ellos se juntan.
Pero no por afinidades... no por ideas semejantes, sino porque son opositores al Gobierno.
Es totalmente entendible que exista la oposición. Se comprende que la oposición cumple un rol primordial en la Democracia. Agradezco el papel de la oposición que aporta ideas y propone soluciones alternativas.
Pero el rejunte que han formado gente como Barrionuevo, Rodríguez Saá, Menem, Pando, Buzzi, solamente tiene en común, que están operando para que una vez más, la derecha se instale en nuestro País. En mi razonamiento, es el antiperonismo que hoy se “disfraza” de precursor del CAMPO…

Ellos son los que se identifican con el cacerolero, y la familia que por primera vez participa... son los que asisten a manifestaciones “espontáneas”, son la expresión de una conciencia autónoma. Ellos y sólo ellos son los que eligen libremente. Creen que saben la causa por la que luchan. Aparentan que nadie va a comprarlos. Se promocionan como lúcidos. Son cultos. Se dicen la expresión de la libertad del ciudadano…
En cambio, aquellos grasitas peronistas, los que apoyan a la presidenta, son los que no saben pensar, por eso los arrastran… no tienen voluntad propia. Les dan un choripán y ahí los tienen: comiendo de la mano de los gordos de los sindicatos.
Pero los precursores de este pensamiento es cierto periodismo. Los que se han mezclado con lo más granado de la oposición.
De nada vale que los artistas e intelectuales de la Argentina, los más respetados, los que más han hecho por la cultura de este País, nos alienten a la defensa de la democracia. Porque tienen poca prensa.
La concesión está dada por ciertos comunicadores a la mencionada oposición.
El periodismo Crítico estaría bien si fuera bien desarrollado por los medios y se ocupara de hacer foco sobre las imperfecciones del sistema. En este país se entiende por periodismo crítico el periodismo que siembra veneno, insidia, cizaña y le miente al lector cada tres por cuatro. No se destaca en la Argentina el periodismo crítico, ninguno de los grandes medios lo ejerce.

A CFK le toca la lucha por la redistribución. No podrán torcerle el brazo, por más esfuerzo que hagan. Está convencida de que sus objetivos son nobles y no desfallecerá hasta conseguirlos, respetando siempre las normas, las instituciones, pero no cejando para que en este país, luego de tanto tiempo, la voluntad popular tenga su peso. Y esa voluntad popular, mal que les pese a muchos (que son, en definitiva, unos pocos), la puso en el lugar que hoy ocupa para que el cambio siga su senda, para que el modelo de sociedad que nació en el 2003, cuando se salió de la crisis más profunda que vivió nuestro país, adquiera nuevas formas, nuevos logros, nuevos contornos.
Hoy más que nunca debemos defender el proceso que se da en Latinoamérica: un proceso imperfecto, un proceso con contradicciones, pero un proceso que debe avanzar.

domingo, 17 de agosto de 2008

Culpado, culpable, culpabilidad... vs. CULPADOR

Para no hacernos cargo de lo que nos sucede, depositamos culpas sobre los otros. Según el autor, terapeuta, de esta manera nos desligamos de las consecuencias de nuestros actos y generamos relaciones que acaban en vínculos rotos y autoestimas arrasadas. No sé si existe estadística al respecto, pero sospecho que una de las palabras más usadas en nuestro idioma es culpa. Basta con oírnos y con oír a los demás. "Vos tenés la culpa". "La culpa fue de
Según la ley, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Según la experiencia cotidiana, toda persona parece ser culpable hasta que se compruebe lo contrario. Pero para cuando esto ocurre, suele haber ya daños irreparables e irreversibles, tales como amistades perdidas, sociedades disueltas, parejas rotas, proyectos abandonados, vínculos fraternales, paternales o filiales quebrados, lazos destruidos, autoestimas arrasadas y otras variantes.
Quien se atreve a culpar, obtiene un lugar de poder. Se convierte en juez, determina castigos, exige reparaciones. Por causa de su herida, real o presunta, pasa al centro de la escena. Su ofensa lo habilita a repartir puniciones, azotes y anatemas. Le da poder sobre el culpable. Pocos poderes suelen ser usados de manera tan arbitraria como el que un ofendido tiene sobre su ofensor. Te señalo como culpable de mi pena, de mi dolor, de mi desdicha, de mi frustración, de mi desencanto, de mi pérdida. Y, en el acto, eso me da derechos sobre ti. El vínculo entre culpador y culpado es uno de los más experimentados y arraigados en nuestra cultura. Sin embargo, si alguien busca en el diccionario (incluido el de la Real Academia en su última versión) la palabra culpador no la encontrará. Aparecen, en cambio culpado, culpable o culpabilidad. Si es cierto que el lenguaje refleja los modos en que pensamos y vivimos, parecería que existe el culpable, pero no el adjudicador de la culpa. Es decir, cualquiera puede ser culpable o culpado. Parecería que hasta es posible la existencia de la culpa o del culpado sin un culpador.
Muchas personas viven, así, en estado de culpa. Padres que sienten, ante sus hijos, la culpa de ejercer sus funciones, de establecer normas y de fijar límites. Hombres que sienten la culpa de no ser tan exitosos (sobre todo en términos económicos) como los mandatos familiares o sociales exigen. Mujeres que se sienten culpables de no querer tener hijos. Personas que se sienten culpables de no hacer felices a otras personas, aunque para eso fuera necesario que se violentaran o postergaran a sí mismas. Hijos que se sienten culpables de no responder a las expectativas de sus padres, más allá de que éstas sean arbitrarias o desmedidas. El catálogo de culpables es tan amplio como variado; el virus de la culpa se regenera y muta a gran velocidad, y no es raro que nos encontremos bajo su tiranía y en el reinado de la irresponsabilidad.
Donde florece la culpa escasea la responsabilidad.
Esto sucede con la regularidad de una ley. En efecto, cada culpado libera al culpador del ejercicio de la responsabilidad.

Autor: Sergio Sinaí (fragmento)
Fuente: revista La Nación del 31 de octubre de 2004

domingo, 3 de agosto de 2008

Medios de comunicación - historia verdadera


Miles de años atrás dijo el sultán de Persia: "¡Qué maravilla!"; él nunca había probado la berenjena y la estaba comiendo en fetas condimentada con jengibre y hierbas del Nilo. Entonces el poeta de la corte exaltó la berenjena que da placer al paladar y en la cama hace milagros porque para las proezas del amor resulta más estimulante que el polvo de dientes de tigre y que el cuerno rayado del rinoceronte.

Un par de bocados después, el sultán dijo: "¡Qué asco!", y entonces el poeta de la corte maldijo la berenjena traidora que retarda la digestión, llena la cabeza de feos pensamientos y empuja a los hombres virtuosos hacia el abismo del delirio y la locura.

Alguien malicioso comentó: "Apenas ha elevado a la berenjena al paraíso y ahora la está arrojando al infierno", pero el poeta, que era un profeta de los medios de comunicación de masas, puso las cosas en su lugar: "Yo soy un cortesano del sultán, no un cortesano de la berenjena".