Los pocos que tenían mucho:
“Los dueños del país, y por lo tanto de su historia, nos han dejado una visión idílica de sus abuelos pintándolos como gente austera, ajenas a la ostentación y al lujo. La realidad es bastante diferente. En la medida en que sus riquezas pasaron a ser abundantes a fabulosas, nuestra oligarquía fue abandonando la sencillez campestre y se dedicó al lujo más desenfrenado. En vez de invertir en actividades productivas, de diversificar sus inversiones hacia las industrias, nuestras familias patricias decidieron que como estaban, estaban muy bien, así que para qué complicarse”.
(Fuente: PIGNA FELIPE – Los mitos de la historia argentina 2 – pág.357 – Planeta historia y sociedad – 2007)
“Los dueños del país, y por lo tanto de su historia, nos han dejado una visión idílica de sus abuelos pintándolos como gente austera, ajenas a la ostentación y al lujo. La realidad es bastante diferente. En la medida en que sus riquezas pasaron a ser abundantes a fabulosas, nuestra oligarquía fue abandonando la sencillez campestre y se dedicó al lujo más desenfrenado. En vez de invertir en actividades productivas, de diversificar sus inversiones hacia las industrias, nuestras familias patricias decidieron que como estaban, estaban muy bien, así que para qué complicarse”.
(Fuente: PIGNA FELIPE – Los mitos de la historia argentina 2 – pág.357 – Planeta historia y sociedad – 2007)
Palacios que poblaron Buenos Aires a comienzos del siglo XIX:
- el Ortiz Basualdo, actual embajada francesa,
- el palacio Pereda, en plazoleta Carlos Pelegrini, hoy embajada de Brasil,
- el palacio de Federico de Alvear, en la avda Libertador, actual embajada de Italia,
- el palacio Errázuris, una réplica de Versalles, actual Museo de Arte decorativo,
- el palacio Anchorena, hoy sede de la Cancillería,
- el palacio Paz, en Plaza San Martín, inspirado en el Louvre de París, que costó 4.500.000 en 1908, cuando el sueldo de un obrero no llegaba a $ 100 por mes; hoy es sede del Círculo Militar.
- el Ortiz Basualdo, actual embajada francesa,
- el palacio Pereda, en plazoleta Carlos Pelegrini, hoy embajada de Brasil,
- el palacio de Federico de Alvear, en la avda Libertador, actual embajada de Italia,
- el palacio Errázuris, una réplica de Versalles, actual Museo de Arte decorativo,
- el palacio Anchorena, hoy sede de la Cancillería,
- el palacio Paz, en Plaza San Martín, inspirado en el Louvre de París, que costó 4.500.000 en 1908, cuando el sueldo de un obrero no llegaba a $ 100 por mes; hoy es sede del Círculo Militar.
3 comentarios:
No queremos palacios y chozas, ganancias espectaculares e indigencia... Tampoco queremos que al campo le vaya mal... la política a la que adhiero, es la que se peropone construir sociedad incluyente, donde el campo pueda crecer y dar cuantiosas ganancias como en estos últimos años pero en armonía con el proceso de reindustrialización, la recuperación del empleo y el salario y la inclusión social.
Así como el Estado asumió un fuerte compromiso con los productores, espero que éstos asuman la misma responsabilidad social frente a los que menos tienen.
No más la concentración en tan pocas manos, como ha sucedido históricamente!!!
Saludos, compañera... muy buenos sus artículos...
Jorge P.
Hola vi una recomendación a tu blog en el post de premios brillante blog de luis. Y decidí dar una visita. Me gusta tu postura en general. Y en particular este post está muy bueno, en México sucedió y sucede lo mismo. Es increíble, indignante y bueno a veces siento que es 'desesperanzador' aunque en tu inicio de blog dices que si hay esperanza ... me reanimas. Ojalá ... aquí la gente no se despierta, por lo menos en Argentina a veces si marchan y se quejan, aunque estas últimas marchas dejandose llevar por los dueños del campo, me desconcertaron. En fin... sol pasé a ver y quise saludar.
Lú
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