El tiempo K impuso miradas, discurso, iniciativa y opciones sobre los modos de CONSTRUIRNOS

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales" . Bertolt Brecht. (1898)

domingo, 15 de junio de 2008

Kalma, tenemos potencial, vamos a progresar...


Cuando se dice que la Argentina “no tiene salida”, que “este País va a seguir siempre mal”, estamos influyendo en los otros, convenciéndolos (y convenciéndonos) para que se integren a esa
línea negativa del pensamiento.

El pesimismo es un sentimiento que provoca un efecto

devastador en las energías y acciones de las personas.

Cuando un periodista (o cualquiera de nosotros) porta frases de deseos, de esperanza o estímulo, refuerza esos aspectos deseables en la población que escucha. Y estoy convencida que hasta en los conflictos se pueden hallar esperanzas, confianzas, alegrías, para destacar… Asimismo, en este momento de pugnas y conflictos por la distribución de la riqueza, se hallan aspectos errados y apropiados de la acción gubernamental… Pero, hay muchas cosas buenas para analizar antes de adoptar posturas irreductibles… Sin embargo, los medios masivos de comunicación no las muestran ni investigan... muchas veces la gente se apropia de la pugna, en pos del rencor que la ha ganado, y no de razonamientos lo más abiertos y objetivos posibles...

Cabe reflexionar, que si la política actual estuviera sustentada en el noeliberalismo, produciría copiosas ganancias al sector agrícola-ganadero (libre cambio, sin retenciones), y, a la vez, ocasionaría una fuerte suba en los precios internos. Acá cabe cuestionar adhesiones, por incoherentes: los caceroleros no han analizado otros aspectos que los slogans de los medios, ya que no consideran que serán víctimas de lo que ellos mismos piden a nombre propio y en interés ajeno (el de los grandes productores)… Además, no vi cacerolazos ante los desaparecidos, ni ante la mortalidad infantil en alza en los años ’90, ni ante las manifestaciones piqueteros de los morochos que no tenían que comer, ni ante el reclamo de los cartoneros para que les devuelvan el tren blanco, ni ante la represión de la policía a esos cartoneros, ni ante el avasallamiento de las tierras a los Mapuches, o a otras tribus del Chaco… Pero sí se manifestaron, con mucha fuerza, con mucha convicción, cuando el sistema político-económico neoliberal les tocó el dinero depositado en los bancos (2001)… esos $$$ eran más especulativos que productivos ¿no? Y ahora resulta que defienden la producción, pero sólo la sojera! La protesta en 2001 fue contra las consecuencias del modelo neoliberal, que les (nos) sacó los ahorros, el trabajo, la calidad de vida, etc. Resulta que ahora muchos de los que protestaron contra las consecuencias del neoliberalismo, defienden posturas neoliberales. Albert Einstein decía: "Es una locura seguir haciendo siempre lo mismo y esperar resultados diferentes".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy seguro que el ser humano puede reconocerse a si mismo. Y estoy seguro de que si lo hace, se sentiría tentado a aceptarse y vivir de acuerdo a su naturaleza de amor. Entonces: renuncio al pesimismo, no importa cuan grandes sean las dificultades. Renuncio a la indiferencia, no importa cuanto me duelan las injustitas, renuncio a ser un producto en serie de la televisión. Renuncio, desde hoy en adelante, a estar muerto en vida.
Ale